-“Hola”- dijo una voz a su espalda. Una voz que le pareció familiar, pero que hacía tiempo no escuchaba. Una voz que le trajo recuerdos gratos un segundo después de haberla escuchado.
-“¿No me recuerdas o no quieres hacerlo?”- volvió a decir la voz. En ese momento giro sobre sí y allí estaba, tal y como la recordaba: su cara, su cuerpo, su aroma; parecía como si los años no hubieran pasado.
-“Perdona, lo que pasa es que andaba distraído. ¿Cómo crees que no te quiero recordar?”- y un brillo apareció en sus ojos -“¿Después de lo que pasamos juntos y lo importante que fuiste en mi vida? ¡Cómo que no!”-
-“Si, tu también fuiste muy importante en la mía... ¿Tienes algo que hacer? Te invito un café, así podríamos platicar de los viejos tiempos, ¿Te gustaría?”-
-“Seguro, ¡vamos!”-
Y caminaron sin decir palabra alguna hasta que llegaron al café y casualmente se sentaron en el mismo sitio en el cual estuvieron tantas veces.
Comenzaron a platicar del tiempo que estuvieron juntos, sus tristezas, alegrías y demás cosas que compartieron hasta que tocaron el tema de su separación:
-“Si, cuando más felices estábamos te fuiste y sin habernos despedido”-
-“Así es... pero tu sabes que no tuve tiempo de hacerlo, tuve que partir; recuerda que dejé tantas cosas sin hacer... ¿Sabes una cosa?... Todavía te amo... Es por eso que estoy aquí; vengo a invitarte a que sigamos juntos, a que vengas conmigo, ¿Qué te parece? ¿Te gustaría?”-
-“¡Por supuesto! Yo también te amo y nadie ha podido sacarte de mi mente ni de mi corazón... Pero creo que no estoy preparado. Todavía tengo algunas cosas pendientes, ¿Cuándo sería?”-
-“¡Ahora mismo! ¿Qué dices?”-
El silencio se apoderó de él. Era una decisión muy importante y de ésta dependía su futuro. Era tanto lo que iba a perder y poco lo que ganaría materialmente, pero por fin recuperaría el amor de su vida y sabía que sería para siempre.
Y como en ocasiones actuamos en el momento, sin pensar en las consecuencias, decidió ir con ella, era cuestión de minutos.
-“Esta bien”- dijo -“Me voy contigo”- y una sonrisa con cierto temor se dibujó en su rostro. Se tomaron de las manos y se miraron a los ojos y redescubrieron el amor que todavía sentían el uno por el otro; esa luz, esa chispa que cuando nos damos cuenta que es reciproco hace que nuestro corazón crezca dentro de nosotros.
Por fin se pusieron de pie y salieron del lugar tomados de las manos como cuando eran novios, como antes.
Y empezaron a caminar sin rumbo determinado, lo que importaba es que iban juntos. Finalmente llegaron a un parque y se sentaron en una banca. Allí se entregaron a besos, besos fríos que poco a poco le robaron el aliento...
-“¿No me recuerdas o no quieres hacerlo?”- volvió a decir la voz. En ese momento giro sobre sí y allí estaba, tal y como la recordaba: su cara, su cuerpo, su aroma; parecía como si los años no hubieran pasado.
-“Perdona, lo que pasa es que andaba distraído. ¿Cómo crees que no te quiero recordar?”- y un brillo apareció en sus ojos -“¿Después de lo que pasamos juntos y lo importante que fuiste en mi vida? ¡Cómo que no!”-
-“Si, tu también fuiste muy importante en la mía... ¿Tienes algo que hacer? Te invito un café, así podríamos platicar de los viejos tiempos, ¿Te gustaría?”-
-“Seguro, ¡vamos!”-
Y caminaron sin decir palabra alguna hasta que llegaron al café y casualmente se sentaron en el mismo sitio en el cual estuvieron tantas veces.
Comenzaron a platicar del tiempo que estuvieron juntos, sus tristezas, alegrías y demás cosas que compartieron hasta que tocaron el tema de su separación:
-“Si, cuando más felices estábamos te fuiste y sin habernos despedido”-
-“Así es... pero tu sabes que no tuve tiempo de hacerlo, tuve que partir; recuerda que dejé tantas cosas sin hacer... ¿Sabes una cosa?... Todavía te amo... Es por eso que estoy aquí; vengo a invitarte a que sigamos juntos, a que vengas conmigo, ¿Qué te parece? ¿Te gustaría?”-
-“¡Por supuesto! Yo también te amo y nadie ha podido sacarte de mi mente ni de mi corazón... Pero creo que no estoy preparado. Todavía tengo algunas cosas pendientes, ¿Cuándo sería?”-
-“¡Ahora mismo! ¿Qué dices?”-
El silencio se apoderó de él. Era una decisión muy importante y de ésta dependía su futuro. Era tanto lo que iba a perder y poco lo que ganaría materialmente, pero por fin recuperaría el amor de su vida y sabía que sería para siempre.
Y como en ocasiones actuamos en el momento, sin pensar en las consecuencias, decidió ir con ella, era cuestión de minutos.
-“Esta bien”- dijo -“Me voy contigo”- y una sonrisa con cierto temor se dibujó en su rostro. Se tomaron de las manos y se miraron a los ojos y redescubrieron el amor que todavía sentían el uno por el otro; esa luz, esa chispa que cuando nos damos cuenta que es reciproco hace que nuestro corazón crezca dentro de nosotros.
Por fin se pusieron de pie y salieron del lugar tomados de las manos como cuando eran novios, como antes.
Y empezaron a caminar sin rumbo determinado, lo que importaba es que iban juntos. Finalmente llegaron a un parque y se sentaron en una banca. Allí se entregaron a besos, besos fríos que poco a poco le robaron el aliento...
BLAC!
11, 23, 28 de febrero; 04 y 16 de julio, 1998
11, 23, 28 de febrero; 04 y 16 de julio, 1998
Park Bench Pic:
1 comment:
Que pasa despues?
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